El bajo peso de los embalajes favorece una manipulación fácil de los mismos.
Al ser plegables y ligeros permiten una optimización de las superficies de almacenaje cuando están vacíos, a la vez que aportan una reducción en los costes de logística inversa, habiendo sido diseñados como embalaje reutilizable dentro de circuitos logísticos controlados dada su elevada robustez.